miércoles, 25 de diciembre de 2013

Cómo ve Pagola la Pasión

Se puede resumir así: Pagola considera ahistórica TODA la parte de la comparecencia de Jesús ante el Sanedrín, rechaza que fuera condenado por blasfemo, omite por completo las negaciones de Pedro, considera legendario el episodio de Barrabás, rechaza la comparecencia de Jesús ante Herodes, considera los "crucifícale" invención antisemita, duda del episodio de Simón de Cirene, duda que Jesús fuera crucificado con dos ladrones (posiblemente porque le conviene que haya muchos crucificados y que así el cadáver de Jesús sea echado a una fosa común con mucha gente), rechaza las burlas de los judíos a Jesús, rechaza el episodio de las mujeres junto a la cruz (algo sorprendente pues la presencia de esas mujeres avalaría su visión de un Jesús "feminista"), y rechaza TODAS y CADA UNA de las Siete Palabras (salvo, extrañamente, el "Dios mío, Dios mío..."). Sobre el pequeño resto de historia teje sus propias ideas, opiniones y construcciones ideológicas, apoyándose una y otra vez en la opinión de los expertos y sólo en ella, pontificando constantemente, y rechazando tajantemente todo lo que huela a muerte expiatoria.

Entrando en detalles, es interesante observar el título: "Mártir del Reino de Dios". O sea, Pagola ve la muerte de Jesús como la de alguien que muere luchando por sus ideales. Como una especie de Ché Guevara, más o menos. Ya desde el principio rechaza todo lo que huela a expiación o muerte sacrificial, algo que desarrollará en este capítulo y el siguiente (y que ya ha dejado entrever en el anterior). Contradiciéndose, dice primero que Jesús fue considerado peligroso y luego que ni las autoridades judías ni las romanas vieron en él al cabecilla de un grupo de insurrectos. ¿Por qué entonces le ejecutaron? Pagola intentará demostrar desesperadamente que por sus ideas, pero el problema es que ni los judíos ni los romanos ejecutaban a nadie por sus ideas. Pretende que se quiso ejecutar al líder para aterrorizar a sus seguidores, pero nunca nos aclara por qué no se procedió contra ellos, que era lo que los romanos hacían siempre (p.e. en la revuelta de Judas ben Ezequías a poco de morir Herodes, que acabó con miles de crucificados). Todo con tal de no admitir lo que los Evangelios nos transmiten claramente: fue condenado por blasfemo y luego se manipuló y forzó a Pilato para que ejecutara la condena haciéndole pasar por un rebelde.

Centrándose en los Evangelios, comienza su tarea de destrucción negándoles independencia e insinuando que no podemos tomárnoslos al pie de la letra. Los falsea diciendo (lo hará una y otra vez) que los discípulos habían huido a Galilea con lo que no pudieron ser testigos de nada. Insinúa que no había testigos de lo que narran (ni se le pasa por la cabeza la posibilidad de que los sacerdotes que se convirtieron, de los cuales nos habla Hechos, pudieran contar algo. O Claudia la mujer de Pilato. O Juana, la mujer del mayordomo de Herodes, de quien nos habla Lucas. O Nicodemo o José de Arimatea, que eran sanedritas...las posibilidades son muchísimas). Insinúa que las primeras comunidades cristianas inventaron a placer los detalles (sin dar argumento alguno). Contrapone sus relatos con el resto de los Evangelios indicando que no se parecen, pero no explica por qué eso implica que no debemos aceptarlos. Repite la vieja tesis de que se inventaron episodios para acomodarlos a las Escrituras (también sin dar pruebas, y sin explicar por qué, puestos a inventar, no hicieron que los que se burlaran de Jesús le "mesaran la barba" para así ajustarlo a Isaías, o por qué no hicieron que perros rodearan la Cruz para así ajustarlo al Salmo 22). Extrañamente, pretende que los modernos saben más que los antiguos de modo que pueden discernir qué es inventado y qué no, y repite como loro la vieja tesis de que la tradición va disculpando a los romanos y culpando de todo a los judíos (dos objeciones: 1) no es seguro que el relato joánico sea el más tardío, 2)no es cierto que Juan sea el que más culpe a los judíos, como podrá comprobar cualquiera que lo lea sin anteojeras ideológicas). Culpa a los relatos de la Pasión de todo el antisemitismo posterior (como si los griegos no fueran ya ferozmente antisemitas, o como si hubiera sido un cristiano y no el emperador Calígula el que quiso erigir una estatua de éste en el Templo, o como si los gobernadores de Judea fueran cristianos, etc.). Y dice que están llenos de episodios legendarios (considera como tales la amputación de la oreja de Malco, los sueños de la mujer de Pilato o la compra del Hacéldama), sin dar la menor argumentación de por qué lo son.

Pretende (ya lo hacía en capítulos anteriores) que es el incidente del Templo el que precipita los acontecimientos (No es imposible pero es indemostrable, eso por no hablar de que ni siquiera es seguro que ocurriera pocos días antes). Pretende que el relato de Juan es invención de la comunidad cristiana (él no dice "invención" sino "composición") entre otras cosas por la presencia de la "cohorte" (como si el Sanedrín no pudiera solicitar auxilio policial para detener a Jesús), y no sólo eso, también considera que el detalle del beso es inventado (sin dar argumentos, claro). Considera legendario el detalle del joven que huye desnudo (sin dar argumentos), posiblemente porque es un claro candidato a testigo presencial, algo que le estorba, miente diciendo que los discípulos huyen a Galilea y extrañamente dice que eso no supone que perdieran la fe en Jesús, también sin dar ningún argumento (en realidad dice eso para apoyar sus peculiares tesis de cómo surgió la "fe" en la Resurrección).

Como ya he dicho antes, niega toda historicidad a la comparecencia de Jesús ante el Sanedrín. Usa el debilísimo argumento de que contradice lo que contiene la Mishna acerca de los procedimientos legales (problema 1: la Mishna es tardía, problema 2: la escribieron fariseos cuando el Sanedrín en tiempos de Jesús lo controlaban los saduceos). Pero la verdadera causa de su rechazo es que no acepta que Jesús se proclamara Mesías e Hijo de Dios ni aquí ni en ninguna otra parte (tampoco explica por qué en ningún momento, sólo se refugia tras los "expertos"). En vez de eso, opina que lo único que preocupaba son las repercusiones políticas (que es posible que preocuparan, pero sólo con eso no bastaba, era necesario conseguir una condena y que la gente la apoyara). 

Ni que decir tiene que rechaza la condena por blasfemia porque según él nunca se proclamó Dios (claro que antes rechazó la historicidad de todos los relatos evangélicos en que sí lo hace, p.e. aquellos en que perdona pecados). Contradiciéndose, dice que no se le condenó por su pretensión de ser el Mesías esperado (digo "contradiciéndose" porque ese título sí tenía resonancias políticas, de modo que bien podría haber dicho que quienes lo condenaron le acusaron falsamente de eso), pues dice que ni la afirma ni la niega (falso, la afirma aquí y p.e. en el encuentro con la Samaritana, que Pagola ni siquiera menciona). Enredándose aún más dice que no se condenó por blasfemo a ningún pretendiente mesiánico (digo "enredándose" porque se le escapa la conclusión evidente: algo tuvo que hacer Jesús para que se le condenara por eso). 

Pretende que Marcos avala su tesis de que es el ataque al Templo lo que desencadena todo. Parece que Pagola no se lo haya leído, porque es evidente que el relato marcano a lo que alude implícitamente es a la frase que narra Juan: "Destruid el Templo y lo levantaré en tres días". Contradiciéndose (pues en un capítulo anterior dijo que su intervención en el Templo fue modesta) afirma que el ataque al Templo era un ataque al corazón del sistema. Pretende apoyarse en un episodio posterior en que el procurador Albino arrestó a otro Jesús que anunciaba la destrucción del Templo (pero omite cuidadosamente que a este otro Jesús le soltaron por loco). 

De la posterior comparecencia ante Pilato, Pagola pone en duda casi todo. Contradiciéndose, dice que para él el asunto del Templo no le interesaba cuando en otro sitio ha dicho que era un grave problema de orden público. Tras haber negado que el móvil de la condena por los judíos fuera religioso, ahora dice que los "profetas" que despiertan "extrañas expectativas" pueden ser peligrosos (pero nótese que los Evangelios no dicen que Pilato viera a Jesús como uno de esos). Pretende que a Pilato le preocupaba lo de "reino de Dios" (pero omite cuidadosamente el "mi reino no es de este mundo" que leemos en Juan). Afirma que le inquietaba la defensa que hace Jesús de los "oprimidos" por el Imperio (cosa que en los Evangelios no aparece por ninguna parte, p.e. nada dice de la esclavitud) y la (inventada por Pagola) insistencia en un cambio radical de la situación). Contradiciéndose otra vez dice que Jesús había desafiado públicamente al sistema del Templo (en otros capítulos ha dicho que Jesús no pretendía una reforma radical de la religión judía: es lo que tiene construir tu libro con cortas y pegas de lo que han dicho otros sin preocuparte por concordarlo). Tras negar la historicidad de la comparecencia ante Antipas, dice que Pilato consideró a Jesús lo bastante peligroso para hacerle desaparecer pero luego reconoce que "no se tocó a sus seguidores" (¿y cómo entonces se le consideró peligroso? Pagola nunca lo explica). 

Pagola pretende que los evangelios "exculpan" a Pilato y que esa exculpación "no es creíble". Que mi lector examine los relatos evangélicos y decida por sí mismo si lo exculpan o no. Ni que decir tiene que Pagola no explica por qué no es creíble esa inexistente "exculpación" (fuera de una vaga alusión a "estudios recientes"). Rechaza el episodio de Barrabás y, como ya he dicho, pretende que el "crucifícale" es invención de la propaganda cristiana (sin dar ninguna prueba ni argumento, con lo que esto roza la calumnia). 

Después de esto vuelve a las causas de la condena. Pretende que Jesús "estorba" pero sus explicaciones son lamentables. Lo ve todo en términos económico-sociales, y de ahí no pasa. Siempre al modo marxista, ve la religión de entonces como fruto de las estructuras sociales. Supuestamente, el mensaje de Jesús sacude de raíz ese "sistema". De las causas religiosas, ni palabra (de hecho, como ya comenté, rechaza como ahistórico todo lo que apunte en esa dirección).

¿Qué hace con la Crucifixión en sí? Si bien está bastante bien informado sobre cómo funcionaba, como ya dije rechaza casi todos los detalles concretos de los relatos evangélicos, porque le estorban para sus tesis. Repite la tesis de que esos detalles son inventados inspirándose en relatos del AT. Es verdad que dice que no todo ha sido inventado partiendo de esos relatos, pero da igual: lo considera casi todo ficticio.

Pretende meterse en la mente de Jesús, que según él oyó (él dice "escuchó", ni siquiera usa el lenguaje correctamente) la sentencia "aterrado". Rechaza las burlas de los judíos (que serían invención para hacerlo coincidir todo con el cántico del Siervo), pero extrañamente no las de los romanos (aunque insinúa que los detalles pudieron ser inventados, tal vez inspirándose en Filón, cuando el incidente que narra éste es bien distinto). Duda del episodio de Simón de Cirene, sin dar argumento algono (¿tal vez porque el hecho de que los destinatarios de Marcos conozcan a sus hijos convierte a este Simón en un candidato a testigo presencial, algo que incomoda a Pagola?). Como ya dije, mete dudas de contrabando sobre el hecho de que Jesús sea crucificado entre dos y sólo dos ladrones. 

Hecho esto, Pagola juega a psicólogo intentando imaginar qué pasaba por la cabeza de Jesús durante todo este tiempo. Pero una vez más mete la trituradora en los relatos evangélicos. Duda de la escena de Getsemaní (sin más argumento que el "así lo dicen los autores", como siempre). Mete de contrabando cosas en su oración (ese "quiero vivir") y hace que la actitud de Jesús sea la de un soldado que se resigna a morir en batalla y no la de alguien que prevé su muerte y hace de modo que sea cuando y como él ha planeado. Lo cual es de dudosa ortodoxia. Y al rechazar todo lo que implique sufrimiento expiatorio hace aparecer a Dios como un general despiadado que trata a Jesús como carne de cañón, mandándole a la muerte porque eso conviene a sus planes. 

Pero aún peor es su interpretación de por qué Jesús estaba así. Pretende que estaba afligido por tener que morir tan pronto y que para Él la muerte es la mayor desgracia. Insinúa que tal vez el Señor (él nunca le llama así y eso ya es muy significativo) pensara en lo ignominiosa que era la muerte en cruz. Más aún, da a entender que percibe su muerte como fracaso de su "proyecto" (otra palabra muy querida para Pagola). Pretende que Jesús se siente "abandonado" por el Padre, algo que quizá podría admitirse pero visto que Pagola niega tantas cosas esenciales de la doctrina católica (que Jesús esperaba su muerte, que daba a este un valor redentor, que con su muerte vencería a la muerte y cosas parecidas) suena a una "pérdida de fe" por parte de Jesús (Pagola cree que Jesús tenía fe, algo que no es técnicamente herético pero es peligroso por lo que implica de poner en duda la divinidad del Señor). Dice tajantemente: "¡Está solo!". 

Claro que los Evangelios dicen que Jesús NO estaba solo: había varias mujeres junto a la cruz y también el discípulo amado. Pero Pagola niega por las bravas que hubiera nadie. Todo es para él invención de los primeros cristianos, en particular el diálogo de Jesús con su Madre (¿tal vez porque este diálogo avala implícitamente la virginidad perpetua de María que Pagola niega?). Niega el diálogo con el Buen Ladrón, sólo porque en él se habla del Paraíso y miente por todo el morro diciendo que los primeros cristianos insertaron el "Padre, perdónales porque no saben lo que hacen" porque supuestamente es lo que todos pensaban (digo "miente" porque la crítica textual nos indica lo contrario: que en no pocos manuscritos se suprimió esa frase porque incomodaba). 

¿Y qué hay de Juan, el único relato evangélico que cita explícitamente el testigo en que se apoya? Evidentemente todo es invención por motivos teológicos (aunque Pagola no lo dice así). Lástima, porque el resumen de la teología que hay tras este relato es esencialmente admisible. Para Pagola no es compatible narrar lo que pasó con hacer teología con ello. Pero la doctrina católica sostiene que Dios también se revela a través de los acontecimientos. ¿Acaso Pagola no cree en la revelación? 

Curiosamente, Pagola acepta como histórico el "Dios mío, dios mío por qué me has abandonado", y eso que está tomado palabra por palabra de un salmo. ¿Por qué aquí Pagola no cree que los evangelistas lo pusieran en boca de Jesús por motivos teológicos? Él no nos lo explica, sólo dice que son las últimas palabras que pronuncia Jesús. No el "Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu"  de Lucas(porque esa expresión de confianza no le cuadra con sus tesis) ni el "Consumatum est" de Juan. Para él "muere con una pregunta en los labios". Pero una vez más, y con esto termino, Pagola omite (siempre las omisiones) que el Salmo 22 se abre con ese versículo, pero se cierra con una expresión de confianza en Dios: "Así lo hará YHVH".
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En la próxima entrada: Así ve Pagola los días antes de la Pasión y las causas que a ella llevaron.



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